Javier Cervantes

Cuando llegó sin avisar todo mi universo sonrió y, alentada por la idea de una conspiración cósmica, me dejé creer que su llegada a MI café, no al café donde trabajaba si no al café que visito cada sábado, era algo mas que coincidencia, que nuestras almas se buscan tan desesperadamente que le hicieron cambiar su rutina, solo para toparnos a unas cuadras. Pero después de un par de horas de aparentar no habernos visto y de desviar la mirada para que no se cruzara, me dije a mi misma que el destino no tiene su nombre, y que si lo tiene entonces primero debe dejar de ser tan cobarde.

La primera vez que le vi, algo en mi pecho despertó y cavo un hueco que solo su presencia puede llenar, y no es que espere que me bese o que me quiera, pero si cuento los días hasta nuestro próximo encuentro para verle sentado, moviendo su pierna con inquietud.

Me recuerda al que describí en una servilleta de un restaurante durante una cena con mi madre, no al hombre del dibujo, a el no puedo describirlo por que sé que él es él y ya. Pero Javier tiene lo que yo esa noche pedí, y mas, por que hasta hoy no he necesitado de el, es mas el cariño que tengo por su idea que el que tengo por su imagen y eso le deja todo un mundo de posibilidades, de ser idiota, inmaduro, inteligente, mujeriego, amable, educado, un completo indeseable o el mejor hombre de todos. 

No quiero tocarlo ni hablarle, pero quiero saber que somos capaz de estar juntos, que elegimos vernos de lejos, o no vernos.Quiero tener opción, de quererlo, de odiarlo, de no sentir nada o de sentirlo todo.

No he querido llorar.

Yo quise quererte, perderme en ti, quise serte fiel y guardar tu nombre entre paños de seda bajo mi almohada, quise amarte y regalarte cada secreto que con los años guardé, quise darte luz y sombra. Pero en cada intento fuiste obligado a dar, a llorar y sufrir, no es por ti, tampoco por mi.

"Perdóname" he querido pedirte, perdóname por no amar, perdóname por la inconstancia y la sonrisa fingida, perdóname mi hermoso primer amor por no haberme esforzado mas. 

En la falta de besos y caricias he encontrado mi error, la mentira que cargaba en mis manos, que mis piernas amaban. El deseo de lo que jamas tuve, a él, y su sonrisa. Él y sus manos. Él y su espalda. Él y sus labios.

Perdóname mi querido amigo por no crecer con inocencia en el corazón, por que la vida que tan dulce ha sido para otras a mi me ha golpeado en la mejilla, me ha escupido y me ha dejado rogando por mas. Perdón por la baja autoestima que me llevo a lastimarte, por el ego engrandecido que me motivaba a humillarte, perdóname por crecer enamorada de una idea de hombre, por haberlo buscado mas alla de tu figura. 

Perdóname mi Alexis, por amar a alguien mas.

Perdida

-¿Has visto mi cigarrera en algún lugar?

-Estaba junto a la tele...

-Si, pero ayer la moví y creo que ya la perdí.

Aquí todo es diferente, aquí soy quien he querido y parece que no he querido demasiado. En este lugar, lejos de mis paredes azul mar y de el constante grito de guerra de mi vida social puedo ver mis manos y caderas como en realidad son. Las manos largas y las caderas proporcionales a mi cuerpo, las piernas cortas, el cabello largo alborotado, salvaje, los ojos tristes y la sonrisa infantil.

El pequeño espejo del baño me ha mostrado la falta de marcas de acné de mi rostro, las mejillas rosadas de manera natural que siempre insistí en dibujar con blush, las ojeras heredadas. He visto crecer mi autoestima física, el vientre mas plano, las piernas mas firmes, la cintura estrecha y los hombros siempre cuestionando.

Aquí no duermo, no sueño, trabajo y actuó, estudio, rió, ya no lloro, ni si quiera por la separación después de dos años y medio. Como a mis horas, leo viendo el cielo y no amo, no amo la sonrisa de un chico que no conozco, no sufro por mi pequeño guardarropa, ni por las botas que vi y no puedo comprar.

Soy luz desde que llegué, soy luz desde que me fui, me he pasado años sentada frente a una vieja maquina de escribir, hablando sobre sus ojos, sus manos, sus cualidades, pasando por encima de mi para hacerle perfecto, he creado todo lo que quiero en papel, nunca en físico y hoy entre caídas de escaleras, quemaduras de capuchino, exposiciones en power point y nuevas amistades he conocido a Gota, y me he enamorado de ella, de su cabello, cintura, del abultamiento en su vientre, de sus labios caídos, de su risa de mercado, de su mirada, de su voz. Me he enamorado de mi, después de años de odiar el no ser como ellas por fin me he despertado esta mañana y ya no me he sentido una extraña, ya no estoy perdida.

Tres días.

Son las doce y estoy sola... No, sola no, la jarra de mojitos y la lista de reproducción de 145 canciones me hacen compañía.
Ellas se fueron temprano, después del sushi, los mojitos y las platicas sobre nuestra primera vez. Las diferencias entre perder la virginidad y coger en casa mientras tus papás piden de cenar nos tomaron casi la mitad de nuestra provisión de ron.
Después del sexo oral vino nuestro miedo al embarazo y un monólogo por parte de C sobre su retraso de la semana pasada.
Cada una tiene algo especial: I, su falta de las palabras adecuadas a lo que intenta explicar. A, su orgullo gritón que nunca la deja escuchar. K, su miedo a la soledad, sus problemas de chicos. C, su retraso en todo, incluida la regla. Las amo.
Al final hemos llorado, unas por el idiota que no contesta los whatsapps, otras por el novio que no veran en un mes y unas mas lloramos por alejarnos, por la distancia que separa a Durango de Irapuato y por las platicas con whisky semanales que no se harán mas.
Yo aun lloro. Por los amores platonicos, por el silencio que no dice nada, lloro por mi perrita que se queda, lloro por la lluvia que tal vez no este para despedirme, lloro por Gota y el final que no fue escrito para ella. Lloro por mí.

Extraño

Extraño todo de ti. Tus cigarrillos, tu boca, tu voz.
Extraño tu presencia, tu amistad, las ganas que tenía de besarte.
Extraño tus ojos, tu olor a tabaco y a ti.
Extraño tus manos sincronizadas con tus palabras, tu cuello.
Extraño tu poesía, tu cumpleaños y tu abril. Nuestro abril.
Extraño tu espalda, tu carro, tu saco.
Extraño tu evasivas miradas, nuestros adios.
Extrano tu sonrisa, graciosa, silenciosa.
Extraño tus anectas, la luz.
Extraño las vibraciones de tu voz, el sonido de tu respiración al fumar.
Te voy a extrañar, hayas estado o no todo este tiempo, te voy a extrañar.

No se.

-Siempre tuve la duda ¿Qué tal besa?
-Esta te la debo, nunca nos besamos. -¡¿Nunca?!
-No, jamás lo intentó, esa era una señal. "Selhye eres una buena amiga, pero no nos imagino teniendo sexo oral." Esa es la traducción para la falta de besos y abrazo o lo qie..sea que faltó.
-Sin sexo oral jamás hubieran llegado al amor verdadero.
-Exacto.

Te soñé.

-Lo soñé.
-Enserio?? Cómo??
-Me escapé de clase para verlo, era día de lluvia, todo estaba gris. Llegué al lugar que él llama casa, hogar, refugio, y al verme entendió que olvidé mi paraguas, me ofreció su guardaropa para que buscara algo seco para usar y me deshiciera de la ropa empapada que dejaba charcos en su piso.
-Y que más??
-Me quede a solas entre su ropa, la abracé y me perdí en su olor, suavizante de telas neutro, tome una camisa de franela y me la puse sobre lo unico mio que no escurría, el sostén y el bóxer. Caminé hasta la cocina y me sente en un banco frente al desayunador a verlo cocinar. "Los pans y shorts estaban en el cajón de abajo" Dijo sin voltear a verme "Lo se" mentí, dándome cuenta que olvidé cubrir mis piernas.
-Estaban solos??
-Tan solos como muchas veces lo estuvimos fuera de mis sueños. Pero ahí, en mi almohada, había algo mas que se reflejaba en la imagen de mi subconsciente. "Voy a poner música" arrastrando los pies caminé en dirección a la sala, pero en la división entre esta y la cocina, él me abrazó por detras, sentí como mi cuerpo tembló de sorpresa y gritó de felicidad. Me volví, lo besé, con amor, desesperación, añoranza. Mientras sus manos exploraban, las mías lo acariciaban, ambos pares se deshicieron de sobrantes y ya sin disfraces descubrí, en su sofá, lo que es ser uno con quien amas.
-Se dijeron te amo??
-No con palabras, pero cada choque de su pelvis con la mía, cada gemido, cada latido acelerado, cada beso y mordida estaban cargados de amor, de sentimientos, de recuerdos.
-Y cómo terminó tu sueño??
-Conmigo despertando con un orgasmo, al sonido de la alarma del celular.

Ayer pase frente a tu puerta, mientras conducía hacia la nada, y al notar la fachada tan bien conocida me pregunté donde quedaron las palabras que leí, donde prometías esperarme al final del camino, donde jurabas que mi alma al igual que la tuya, tendría un destino glorioso. Sigues sentado frente a esa fotografía  donde su rostro sonríe con esperanza, sigues gritándote a ti mismo que la amas, cuando al único que amas es a ti mismo, tanto que te creas historias, no alrededor de ella, si no historias para ti, por ti. Historias sin mi.

Si cierro los ojos

 

Están escondidos bajo la cama, salen cuando apago la luz. Me persiguen mientras duermo, me recuerdan a quién pertenezco, lamen con sus lenguas venenosas las partes que tú has tocado. Me queman para dejar sensible la piel, para que al despertar no te atreva a alejarte de mi memoria.

Esos recuerdos que me atormentan al cerrar los ojos han cumplido su propósito, ya no eres mi objeto de deseo, solo eres la sombra que me observa dormir, el miedo que recorre mis huesos al posar mi piel en otra que no sea la tuya.

Están reduciéndome a cenizas y, temo, el viento terminará por borrarme.

Están en su almohada y cuando me escurro bajo sus sabanas no dejan de cantar su triste canción. En el punto previo al orgasmo comienzan a gritar tu nombre, entonces pierdo la concentración, mi cuerpo tiembla y él que es feliz de estar entre mis piernas cree, inocentemente, que mi miedo es mi clímax.

Idiota

Si, tu. Por decir y hacer a mis espaldas. Por no ser quien dices y por mantenerte a las sombras. Idiota.