El ronroneo que se produce con su nombre, la sospecha y la infinita lluvia de ideas. Es vulgar, es simple, es cualquiera, pero me gusta. Le espero y llega, le busco y le encuentro, siempre disponible para un encuentro cualquiera, siempre esperando su beso a escondidas. Sus manos juguetonas, sus labios queriendo explorar. Su mirada buscando la mía. El suplica y yo me alejo. El se acerca y yo huyo. El se va y le pido que vuelva. Y vuelve y la carrera comienza de nuevo.
Sigo sus movimientos con la música, pido a Dios nadie note que me gusta. El se sabe guapo, se sabe deseado, se sabe "carita", pero ha oído hablar de mi y me ha convertido en su pequeño proyecto. Me se cada paso que da, el se sabe cada excusa que doy. Sus dedos jugando con mi cabello, sus labios susurrando en mi oído, su mano acariciando mi cuello, mi boca huyendo de su aliento. Me llama entre sueños, cada uno tiene una temática diferente. Me pide un cita. Me pide demasiado. La palma de sus manos buscando sin suerte la mía, sus labios jugando en mis mejillas, sus parpados siendo usados en mi contra y su linda linda voz, suplicándome me quede, diciendo con la mirada lo que ninguno nos atreveríamos a decir con las palabras. Sus labios y los míos, separados rogando un tropiezo que los una.