-Tienes un lunar.
-Que?
-Aquí, en tu espalda. Un lunar.
19. Casi 19 y los pechos aun no me crecen, no como deberían. Mis caderas tienen 14 años. Mi cintura esta desapareciendo entre tanta porquería que como y yo estoy pensando en operarme la nariz.
¿La nariz? Las chichis, mejor.
QUE SE JODAN!
Revisa sus maletas, que no falte nada, ni el cepillo de dientes, ni el pasaporte. Es precavido, ha llamado para asegurar su vuelo. Se mira en el espejo, no ve nada, ni nervios ni nostalgia. Se irá, por fin se irá de este lugar que tanta pena le causa, le recuerda el amor que perdió y los fracasos laborales que acabaron con su carrera. Aquí dejará alcohol y cigarrillos, tal vez los cigarrillos se los lleve, tal vez también deje su corazón, a donde va no lo necesita.
Intenta empezar de nuevo, aunque no se empieza a la mitad, no cuando estas roto y tu alma está de luto, pero tal vez sea afortunado, tal vez muera bajo el título de "Héroe". Aunque no lo sea, aunque solo este huyendo de todo lo que le lastima, pero ¿quién pensaría en eso el día de su funeral? Nadie, ni siquiera la causante de su mal humor, por que incluso ella lloraría y todos le darían el pesame como sí fuese la viuda. Y entre lagrimas y recuerdos yo me reiría por que el maldito lo consiguió, no se olvidaran de él.

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